
Un bajorrelieve de bronce inmortaliza desde este domingo la vinculación del fallecido ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo con la villa lucense de Ribadeo, donde disponía de una residencia y pasaba buena parte de estancias de descanso, y donde decidió ser enterrado
El presidente de la Xunta, ALBERTO NÚÑEZ FEIJÓO, fue el encargado de descubrir esta mañana el monumento instalado en el puerto de Porcillán, desde el que Calvo-Sotelo salía a navegar casi a diario en sus reiteradas estancias en Ribadeo. Asistieron al acto, en representación del PP de El Franco, ADOLFO PÉREZ, Presidente y Portavoz, y ANGEL GONZÁLEZ concejal y vocal de la Junta Local. Además, como representantes del PP de Asturias figuraban MARÍA GORETTI, Alcaldesa de San Tirso de Abres, y GERVASIO ACEVEDO, Alcalde de Tapia de Casariego.
Con esta inauguración terminó un fin de semana cargado de actos de homenaje de Ribadeo hacia quien era hijo adoptivo de esta localidad de la costa de Lugo y donde también disfrutaba del título de Marques de la Ría. La familia del que fue presidente del Gobierno Leopoldo Calvo-Sotelo recibió ayer la medalla de oro, a título póstumo, del Ayuntamiento de Ribadeo, que le ha distinguido por ser una persona que siempre "suscitó y suscitará consensos sobre su persona, su figura y su legado".
El presidente gallego resaltó el "amor" de Calvo Sotelo hacia esta tierra fronteriza con Asturias, en la que reposan sus restos mortales. Tampoco olvidó la amistad personal que tiene con su familia y en especial son su hijo Víctor, que sucedió al propio Feijóo como presidente de Correos y que realizó las funciones de portavoz de la familia. "Qué gran presidente si tuviese unas buenas circunstancias a su alrededor", apuntó el jefe del Ejecutivo gallego, que insistió en que no las tuvo y, "sin embargo, la impronta que deja lo convierte en una figura clave, nuestro héroe casi legendario de aquella democracia naciente".